Ten en cuenta que siempre es mejor consultar a un profesional de la salud, como un médico o un dermatólogo, para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tu situación específica. Aquí hay algunas pautas generales que podrían ayudarte: Limpieza adecuada: Es fundamental mantener el área del piercing limpia para prevenir infecciones. Lava suavemente el piercing con agua tibia y un jabón suave sin perfume dos veces al día. Evita usar productos químicos fuertes o alcohol, ya que pueden irritar la piel.